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miércoles, 18 de marzo de 2020

A LEER!!

Una herramienta incuestionable a la hora de trabajar el lenguaje son los cuentos. Con los libros trabajamos muchísimas cosas del lenguaje oral: atención auditiva y visual, memoria, vocabulario, morfosintáxis... en fin es un recurso buenísimo. Y algo que en mayor o menos medida tenemos todos en casa.

         Desde el aula de AL, hoy os voy a contar cómo deberíamos afrontar la lectura de cuentos con la idea de estimular el lenguaje. 

- Para intentar mantener la atención de los más pequeños, que por edad siempre es mas corta, los sentaremos en nuestro regazo, le permitiremos agarrar el libro y pasar las páginas. Y siempre debemos respetar, dentro de nuestras posibilidades, los ritmos y tempos de nuestrx hijx.

- Usaremos todo lo posible nuestro rostro y nuestra voz para hacer la lectura divertida. Las expresiones faciales son muy importantes, deben acompañar al texto, así aprenden a asociar las emociones a cada situación.

- Siempre que pasemos las páginas debemos detenernos a describir las ilustraciones, que nos darán pistas de lo que sucederá en el texto luego. Es una manera de adquirir vocabulario y trabajar la correcta articulación de las palabras, además al releer los cuentos podemos ver como mejoran en la pronunciación poco a poco. 

- Si el libro se lo leemos nosotros sería bueno recorrer con su dedo las palabras que leamos. Si lee él estaría genial que dependiendo de su comprensión lo leyésemos nosotros antes o después que él.

- Otra cosa imprescindible, es hacer preguntas sobre lo que hemos leído. En niñxs pequeñxs al terminar de leer una página y en niñxs más grandes al finalizar el cuento. Debemos de hacer diferentes tipos de preguntas: 
  1. Directas,  y sencillas de contestación con una palabra o una fase corta. Es decir: ¿Cómo se llamaba la protagonista? ¿Cómo salvaron al gato? ¿Quién se come a los ratones?
  2. De memoria visual, tras describir una lámina del cuento y con el cuento cerrado ¿De qué color era el coche de Fulanito? ¿Cuántos pájaros había volando? ¿Qué había encima del tejado de la casa?
  3. Y las más importantes, las preguntas abiertas, con inferencias y de reflexionar. Estas nos permiten ver si realmente ha habido una comprensión real del texto, permiten incluir en las oraciones de lxs niñxos las palabras nuevas, hablar de emociones y sentimientos, hacer relaciones lógicas de causa-efecto, etc.  Posibles preguntas a plantear son estas: ¿Porque Fulanitx se escapa? ¿Qué crees que sentía la protaginista cuando le dijeron que no podía jugar? ¿Tú que harías en la situación de Fulanitx? ¿Qué crees que pasaría si Fulanitx no hiciera eso? Inventa otro final para el cuento...  Estas preguntas se las planteamos tanto a un niño de 3 años como de 9, ya veremos como su expresión oral y su razonamiento verbal mejora poco a poco con estas cuestiones.


- También es relevante estar atento a sí el/la niñx pierde el interés o el libro es difícil de entender para nuestrx hijx. Si el/la niñx no lo está disfrutando, no insistamos. Poco a poco ellxs aguantarán más tiempo sentadxs y escucharán o leerán más tiempo. 


        Con esto, os quería recomendar una cuenta de Instagram de Beatriz Pérez que lee todos los días un cuento a las 11 coincidiendo mas o menos con la hora del plan lector de la mayoría de los centros. Es un buen método de tener una rutina con lxs niñxs que todos los días tengan ese rato de dedicación a la lectura.

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